Escrito por: Jennifer García
El Sinte es un instrumento psdv. Te puede dar desde la sensación de estar escuchando la música de las máquinas en el fin del mundo de Kraftwerk, pasando por el hype de Van Halen en 'Jump' o el sonido imaginario de las plantas de Mort Garson hasta el mundo de robotcitos cromados de Daft Punk, entre otros sabores y colores. Pero no siempre fue así, y esta realidad musical de modulaciones, formas de onda y filtros, en parte se la debemos a Wendy Carlos.
Wendy es una mujer trans considerada 'la madrina de la música electrónica', una músico capaz de hablar el mismo lenguaje que la ciencia. Antes de ella, el sintetizador era comúnmente catalogado como una curiosidad. Musicalmente su uso estaba muy limitado a pequeñas intervenciones en arreglos o a lo atonal, principalmente en temas de música concreta o experimental. El público en general no estaba realmente familiarizado con su uso en la música popular; era una tecnología ajena, difícil de dominar y consumir.
Con licenciaturas en música y física por la Universidad Brown y una especialidad en composición musical por la Escuela de Música de Columbia, Wendy Carlos veía el potencial creativo de este invento para revolucionar la creación musical. También era consciente de que, para poder lograr esta revolución, primero el público tenía que no solo aceptar el sonido del sintetizador sino disfrutarlo.
Como cuando le pones a tu perro una pastilla en medio de una salchicha para que se la coma, Wendy puso el sinte en medio de una salchicha de música clásica, creando 'Switched-On Bach'. Un álbum con el que Wendy, junto con Benjamin Folkman, su productora Rachel Elkind y el mismo Robert Moog, lograron llevar al sintetizador a la música popular. Fue lanzado en octubre de 1968 y se compone de 13 piezas de Johann Sebastian Bach reinterpretadas con un sintetizador modular Moog, customizado por y para Wendy. Dado que el sinte era monofónico, sin sensibilidad al toque y muy caprichoso con su afinación, 'Switched-On Bach' prácticamente se grabó nota a nota para después poder montar las armonías con uso de grabación multipista.
Este álbum no solo cambió la clasificación del sintetizador de “objeto de cotorreo” a “instrumento” ante los ojos de varios músicos, quienes después se mostraron interesados en crear obras únicamente con sintes haciendo que con una nueva demanda en el mercado. Moog comenzó a crear versiones más portátiles y económicas, convirtiéndolo en un sonido muy popular entre el público e influyendo a una serie de álbumes similares que, en conjunto, crearon el género conocido como 'Moogsploitation'. Este mismo éxito posteriormente llevó a Wendy a crear las bandas sonoras de películas como 'La Naranja Mecánica' de Kubrick y 'Tron' de Disney.
Desafortunadamente, casi toda la discografía de Wendy es prácticamente imposible de encontrar en los servicios de streaming, ya sea porque no tienen la licencia o porque ella misma no quiere que su trabajo se convierta en comida rápida. Sin embargo, con un par de clics en la web puedes encontrar 'Switched-On Bach' en Internet Archive.
En 1989 durante una entrevista con la BBC, Wendy habló de un futuro para la música en el que “podríamos hacer cualquier tipo de música sin tener que preocuparnos por el hardware”. Un futuro donde el acercarse a ella fuera mucho menos costoso y que no implicara ser hije de unos padres que aparezcan en azul en wikipedia o tuvieran un piano de cola en la sala.
34 años más tarde, ese futuro está aquí. Desde los sintetizadores Moog, los emblemáticos Juno, los Casio, hasta tu primer teclado Fisher-Price y sus descendientes en la síntesis como el Omnisphere o el Nexus, los sintes llegaron para quedarse, para dejar que, desde tu cuarto, te pongas a crear el sonido que se te antoje.
Wendy Carlos sabía que la única respuesta al futuro era... el sintetizador.
