Conocida por sus toquines furiosos y por ser una de las bandas que mejor ha tratado a la guitarra durante casi la última década, Mannequin Pussy llevaba rato sin sacar un larga duración, concretamente desde el lanzamiento de ‘Patience’ en 2019, a pesar de que en 2021 lanzaron un EP llamado ‘Perfect’ que ayudó a calmar las ansias a punta de gritos y distorsión. Una pandemia y varias inyecciones después, el primer LP post-apocalíptico de Mannequin Pussy fue lanzado a principios de marzo de 2024 vía Epitaph.

Missy Dabice goza de un rango vocal muy variado, a veces tirando gritos diabólicos pero también usando su clásico falsetto, cosa que puedes notar durante los 30 minutitos que dura ‘I Got Heaven’ cuyas letras hablan de los tiempos prolongados de soledad física y sentimental, el ser minimizado y sometido, la desconfianza en el otro y la desesperanza en el futuro. Digamos que cualquier persona que se despierta en este mundo todo putrefacto se identifica a la perfección con sus versos y siente ganas de poner este álbum a todo volumen para hacer emputar a los vecinos.

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​En cuanto a sonido, puedes pensar en ‘I Got Heaven’ es como un duvalín mitad vainilla y mitad chocolate. La primera es una mitad más amigable mientras que la segunda tiene los tracks más furiosos y violentos. El primer lado del vinilo es, literal, el lado de los sencillos más cantables y el segundo es el de los insectos ponzoñosos. Esa primera mitad, a pesar de tener las melodías que se te quedan más clavadas en la cabeza, no es exactamente lo que más emociona escuchar de Mannequin Pussy. Al menos no para alguien que ve tocar la batería a Kaleen Reading de la manera en la que habitualmente lo hace y aquí la percibe un tanto más reservada. Los sonidos de batería en esta primera mitad tampoco son los más emocionantes, aunque en el track abridor si escuchas un bajo bastante agresivo con un chorus ligerito. ‘I Got Heaven’ es una rola con sonidos muy típicos del grunge y hoy en día también del hardcore, pero con una mezcla extraña en la que sientes que estás escuchando a Momma haciendo hardcore y que te lanza frases agresivas como “¿Qué tal si el mismísimo Jesús se comiera mi vagina?”. Sinceridad y osadía: 10/10.