Historia de Portada:
Qué pena ser un perdedor : “El punk y la música con guitarras son cool ahora, pero cuando empezó Shame era patético.”
Al tercer intento, Shame logró venir a México con Food For Worms y menos mal existe La Bestia para evitar su viaje a las trajineras. Si tuviéramos hostal, se habrían quedado a vivir.
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Enero 22, 2024
Escrito por: Fran Carrera
Fotos por: Pooneh Ghana y Andrea Gonar
Entrevista por: Mario Rincón y Fran Carrera
Aterrizaron tarde anoche, pasadas las 10. Ojalá no haya sido en la Terminal 1, que más que el aeropuerto de una de las ciudades más visitadas del planeta, parece el metro Tacubaya. Primer intento por ser un buen anfitrión: intento fallido. El wey que pasó por ellos los llevó directo a cenar unos tacos, unas quesadillas y a chingarse unas margaritas. Juraría que el cabrón no usó tantito su imaginación y los llevó a cenar a una taquería donde todo mundo habla inglés: los pinches Orinoco. O tal vez no. Lo bueno de tener poco varo, gustos sencillos y un paladar corriente es que cuando tienes el privilegio de viajar no te compras una puta Lonely Planet. Realmente lo que quieres es cerveza barata y comer en el changarro de la esquina, nunca unos pinches tacos de mil varos.
Se fueron a dormir a las 2 de la mañana, aprox. Yo, como buena persona que se despierta bien pinche temprano, también me duermo bien pinche temprano. Me fui a dormir con la tranquilidad de que todo estaba resuelto, de que habíamos planeado todo a la perfección y sólo quedaba ejecutar. Ya tenemos suficiente experiencia para saber que asumir eso es una pendejada, pero la noche anterior, el crew de La Bestia realmente había pensado en todo. Teníamos el rider desde hacía semanas y se dejó el estudio seteado con un día de anticipación. Lo demás, pan comido. Segundo intento por ser un buen anfitrión: intento fallido.
Staff de La Bestia #1: Wey, ¿puedes pasar por Shame mañana?
Staff de La Bestia #2: Simón, sin pedos.
Staff de La Bestia #1: ¿Seguro? Hay que estar 8:30am en el hotel.
Staff de La Bestia #2: Simón, sin pedos. ¿Dónde es el Hotel?
Staff de La Bestia #1: En la Roma. ¿Seguro? Si no puedes, neta no hay pedo, yo voy, pero dime ahorita para organizarme.
Staff de La Bestia #2: No hay pedo, todo bajo control.
Staff de La Bestia #1: Traen todas sus guitarras y equipo. ¿Si caben?
Staff de La Bestia #2: Sin pedos, tú tranqui.
Día siguiente, 8 de la mañana:
Staff de La Bestia #1: ¿Qué pedo? ¿Ya vas para allá?
Staff de La Bestia #2: Wey no voy a poder. No tengo coche.
Staff de La Bestia #1: No mames. ¿Neta?
Staff de La Bestia #2: Si we, perdón.
Staff de La Bestia #1: -_-
Llego al hotel sin desayunar pero puntual. Los hoteles de 2 estrellas y media siempre son muy ajetreados. Aunque llegues bien tempra eso ya parece un centro comercial en sábado a las cinco de la tarde. El primero que se pasea por el lobby es Josh: el bajista. Pasó en chinga, muy concentrado. Tiene todo bajo control. Ellos venían jetlaggeados. Seguro se levantaron más temprano que yo. Incluso para una banda de un label grande y legendario como Rough Trade, viajar con un crew, un tour manager y gente que te resuelva todos tus pedos es complicado (realmente no es tan complicado, sólo es muy caro).
Destapamos la primera chela a las 10:07 de la mañana, Charlie, Rincón y yo. En la cabina hace un frío de la verga pero el chat echa un humo que calienta. “Esto es hacer prensa en México”, dice Charlie. Qué buen trabajo. Este no es un medio serio. “Estoy aprendiendo portugués de Brasil porque mi novia es de allá, pero Eddie habla español”. En un ratito van a tocar un show casi privado para nosotros, en nuestro estudio. Nunca antes han tocado en este país. Seremos los (¿cinco?) primeros elegidos.
Shame sigue siendo una banda que hace la mayoría de la chamba ellos mismos. Cuadrar el lanzamiento de la historia de portada que estás leyendo, aprobar la sesión que verás pronto, todo se arregló en unos mensajes de Whatsapp directamente con Charlie Steen. No fue el típico mandar un mail a la persona encargada de triangular con la banda. Dicen que esto sí. Dicen que esto no. Estuve en contacto con Charlie desde el día del show porque Mich le regaló una máscara de Blue Demon con la que salió a tocar Fingers of Steel. Me dijo que se lo quería agradecer personalmente. Esa noche, al terminar el show, estábamos afuera del foro fumando un cigarro, esperando al Uber, cuando de pronto entra un whatsapp: “Qué pedo, ¿estás afuera?”. Era Charlie. Salió por nosotros a la puerta y nos metió al backstage para echar una chela y hangear. Gente trabajadora.
“Cuando era morro, era muy inseguro de mí mismo. Era ese gordito mariguano que no cogía.”
-Charlie Steen
“En la mañana vi que son buenos con el multitasking”, le digo a Charlie, cosa que me rompe bastante la madre porque mi TDAH no me deja concentrarme en más de una sola tarea a la vez. “Estabas fumando mientras sacaban los cases del hotel, pensando en la entrevista. Parece que se les da bastante bien”, le digo. Me responde: “Puedo bailar, desnudarme y cantar al mismo tiempo. En eso soy bueno. Cuando era morro, era muy inseguro de mí mismo. Era ese gordito mariguano que no cogía. El punk y la música con guitarras se está volviendo cool ahora, pero cuando empezamos con Shame, era patético. En Londres era puro rap y eso era lo cool. Nosotros éramos unos perdedores. Así que cuando tocábamos, me quitaba la playera como un símbolo de abrazar mi inseguridad. Shame se trata de eso: de abrazar tu vergüenza. Y sudo mucho también.”
Charlie: Me gusta decir muchas groserías
Fran: Decir groserías es chido, es de gente inteligente
Charlie: Simón, simón
Fran: ¿Culturalmente en Inglaterra se dicen muchas groserías no?
Charlie: Sí, como ‘wanker’. ¿Cuál es una chida en español?
Fran: ¿Una leve, o una dura?
Charlie: Una dura
Fran: En México decimos “pendejo”.
Charlie: Pendejjjjjjjo
Fran: Si le dices a alguien así, te van a romper tu madre
Charlie: En Brasil dicen “poja”
Fran: ¿Poja?
Charlie: Semen.
Fran: Hehehe
Rincón: Hehehe
Charlie: Hehehe
“Tocamos mucho en Europa el verano pasado (2023). Uno de esos lugares fue en Málaga, España, en el festival Canela Party. Málaga es un lugar que los británicos han medio destruido, como tantos otros lugares. Es chido tocar en un lugar en donde todo el mundo habla español. Hemos estado a punto de venir a México tres veces. La primera fue en el Covid. La segunda fue en una gira que hicimos con los Viagra Boys que tuvimos que recortar porque ellos tienen hijos y la gira era muy larga. Y esta, la tercera vez, finalmente estamos aquí”, contó Charlie.
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Rincón: Aquí tuvimos una fiesta loca con los Viagra Boys.
Charlie: Yo he tenido muchas fiestas locas con los Viagra Boys. Seb subió cosas diciendo que ama este lugar.
Rincón: ¿Y qué pedo con la propuesta de Food for Worms?
Charlie: Para ese disco tuvimos que componer muy rápido. En el próximo, haremos rolas más rápidas, pero este es muy melódico. Lo hicimos todos juntos, fueron como tres meses de composición y luego tres meses de grabación. Nos tardamos un chingo. Teníamos muchos shows en festivales entonces fue enredado pero ahora hemos venido a un lugar como este y nos sentimos muy afortunados.
En año nuevo Shame subió un post a su instagram agradeciendo a los fans: “Gracias por hacer que le llamemos a esto nuestra chamba”. Y como toda buena chamba, también hay una buena dosis de talacha, por ejemplo, contestar la misma pregunta 17 veces en un día.
Tocó hacer el setup de la sesión. Esto último, la neta, no fue tan aburrido. Hace unas semanas conseguí en marketplace una handycam Sony del año 1999 que graba en una cinta Hi8 y ahora quiero grabar todo con esa madre. El behind the scenes de todo lo que sucedió ese día, congelado en una cinta que tiene más de 20 años de haber sido fabricada, le agrega un valor especial. Ahora sólo le picas “rec”, es demasiado fácil. El material ya no vale nada. Después de varios meses te encuentras un montón de videos que ni posteaste e igual los tienes que borrar porque tu cel ya se quedó sin espacio para grabar cosas nuevas que tampoco vas a postear. Pero esto es diferente. Sólo le picamos rec para verlos chambear. Se cierra un círculo: qué pena ser tú mismo, qué pena tratar de inventar una chamba que te haga feliz. Qué pena ser un perdedor.
